jueves, 23 de diciembre de 2010

Manifestaciones Raras en la Iglesia - David Wilkerson

El número del Final y del Juicio.

El nueve es el último de los números simples que se conocen como dígitos. Los números que se forman a partir de él, no son más que combinaciones de esos dígitos. El nueve, pues, marca el fin. Es el número del final y del juicio. Pero también es el resultado de sumar tres veces tres; el tres se refería a la consumación divina. Por lo tanto, el nueve indica final en las cosas divinas. En Levítico 25:22, Dios da el mandamiento de que la fruta añeja se debía comer hasta el noveno año; y también, en el quinto día de la fiesta de los Tabernáculos se sacrificaban nueve becerros (Nm. 29:26). En la profecía de Hageo, se enumeran los juicios de Dios en los siguientes nueve aspectos: «Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el Irigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.» (1:11). Nueve son las personas apedreadas que aparecen en las Escrituras: el blasfemo (Lv. 24:16), un violador del día de reposo (Nm. 15:36), Acán (Jos. 7:25), Abimelec (Jue. 9:53), Adoram (1 R. 12:18), Nabot (1 R. 21:10), Zacarías (2 R. 24:21), Esteban (Hch. 7:59) y Pablo (Hch. 14:19).
Cuando el señor Jesús usó de su poder para sanar a los diez leprosos, sólo uno de ellos volvió para darle las gracias, al cual Jesús preguntó: «... Y los nueve, ¿dónde están?» (Le. 17:17). En la hora novena de la crucifixión, el Señor Jesús exclamó, en su dolor: «... Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» (Mr. 15:34). También en la hora novena, la hora de la oración,
subían Pedro y Juan al templo (Hch. 3:1); y también en esta misma hora de la oración, Dios oyó a Cornelio y éste tuvo una visión (Hch. 10:30). En 1 Corintios 12:8-10 se nos presentan, en su integridad, los dones del Espíritu, el número de los cuales es nueve: «Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; i\ otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; II otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación tic lenguas.» Por último, en (Galatas .*5:22-23 se enumeran los nueve tipos de gracia que nos son dadas por parte del Espíritu, denominadas «el fruto del Espíritu»: «Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.» Perseverando en ellos y mostrándolos, el creyente lleva fruto para Dios.
 
Tomado del Libro.
LOS NÚMEROS EN LA BIBLIA
El singular propósito de Dios *
en la numerología bíblica - w
Robert D. Johnston